El sector agroindustrial es un actor clave de la economía Argentina. La producción de alimentos y materias primas agrícolas no solo abastece las mesas de los argentinos, sino que también satisface la demanda de un mercado global ávido de la calidad de nuestros productos. Actualmente, nuestro país ostenta el segundo puesto como exportador neto y la décima posición como productor de alimentos, llegando a más de 180 destinos internacionales. Las exportaciones agroindustriales del país lograron un incremento significativo durante 2024 y alcanzaron un volumen total de 101,89 millones de toneladas, lo que representa un aumento de 56% en comparación con 2023. Este rol protagónico en la economía global y nacional implica, al igual que en otros sectores estratégicos, una creciente exigencia de profesionales altamente capacitados. A medida que las cadenas agroindustriales se modernizan, incorporan tecnologías de vanguardia y buscan optimizar sus procesos, la necesidad de talento especializado se intensifica. En esta nota, exploramos el panorama general del empleo en el sector agroindustrial argentino y las estrategias efectivas para identificar y atraer el mejor talento. Empleabilidad en la agroindustria Dulce de leche para el desayuno, manteca para la merienda, y carne para la cena. Cada uno de esos alimentos lleva la huella de miles de trabajadores argentinos, eslabones de la vasta cadena agroindustrial. Todos estos productos son el fruto del esfuerzo coordinado de productores, industriales y comerciantes. Según un reciente informe elaborado por la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) la agroindustria es responsable de 4,1 millones de puestos de trabajo a nivel nacional, lo que representa el 23% del empleo privado. Es decir que cada 10 empleos en el país, 2 corresponden a la cadena agroindustrial. La carne vacuna es el segmento que genera más puestos de trabajo, cerca de 507.000 empleados, que representan el 12,3% de los empleos agropecuarios. La cadena de frutas, verduras, hortalizas y legumbres, representan el 10,4% del empleo agroindustrial. En en lo que respecta a los cereales el trigo genera el 10,1% del empleo, la soja el 9,1%, y el maíz 6,7%. Si consideramos toda la cadena productiva, la distribución del empleo se da de la siguiente forma: Producción primaria 33% Industrialización de la materia prima 22 %. Comercialización de alimentos y materias 26%. Un restante 19% se distribuye entre las cadenas proveedoras de bienes y servicios como insumos, bienes de capital, servicios conexos, transporte y logística. ¿Cómo encontrar el talento adecuado para la agroindustria? Según especialistas del INTA, en la última década se registró un fuerte incremento en la incorporación de tecnologías relacionadas con la generación y procesamiento de datos, la eficiencia en las aplicaciones, así como la trazabilidad y la certificación de las actividades. Este auge no es casual; responde a la creciente necesidad de optimizar la producción, reducir costos y cumplir con estándares de calidad y normativas cada vez más exigentes. La capacidad de recopilar información detallada sobre el suelo, el clima, el crecimiento de los cultivos y el rendimiento de la maquinaria, y luego transformar esos datos en conocimiento accionable, se ha convertido en un factor diferencial para la competitividad del sector. Asimismo, la búsqueda de una mayor eficiencia en el uso de insumos, como fertilizantes y fitosanitarios, impulsa la adopción de tecnologías que permiten aplicaciones más precisas y focalizadas, minimizando el impacto ambiental y optimizando los recursos. Finalmente, la trazabilidad, que permite seguir el recorrido de los productos desde el campo hasta el consumidor, y la certificación de procesos y productos, se han vuelto cruciales para acceder a mercados internacionales y generar confianza en los consumidores. Esta fuerte tendencia hacia la tecnificación y el automatismo, que incorpora la robótica y la inteligencia artificial, está redefiniendo las prácticas agrícolas. En este sentido, la agroindustria ha experimentado un crecimiento significativo en tecnologías clave como la guía automática, la siembra de precisión, el monitoreo de rendimiento, los sensores selectivos para control de malezas y la telemetría en maquinaria Este progreso tecnológico trae consigo un desafío importante: encontrar el talento adecuado para la agroindustria. Ya no basta con la experiencia tradicional en el campo transmitida de generación en generación; se requiere de profesionales capaces de comprender, operar y mantener estas sofisticadas herramientas, así como de interpretar la gran cantidad de datos que generan. La habilidad para analizar datos de rendimiento, programar equipos de precisión, interpretar la información de los sensores y gestionar sistemas automatizados se vuelve indispensable. La formación de estos profesionales, con una sólida base en agronomía y conocimientos en informática, electrónica y análisis de datos, se convierte en una prioridad para el futuro del sector. Encontrar talento comprometido y capacitado para exprimir al máximo el potencial de estos desarrollos es una prioridad estratégica para el sector agropecuario argentino. Ello asegurará la continuidad de su crecimiento y la consolidación de una agricultura cada vez más inteligente y sostenible. En Bayton, hace más de 45 años aportamos soluciones integrales para la gestión del talento en todas las fases del ciclo productivo agroindustrial. Desde el inicio en la siembra y la recolección, pasando por la transformación, selección, acondicionamiento y empaquetado, hasta la logística del transporte, nuestro servicio apoya el crecimiento de las economías locales en cada región de Argentina. ¡Trabajemos juntos!
